miércoles, mayo 20, 2009

Creerse el personaje

Fuente: http://paginaaleatoria.blogspot.com

lunes 27 de abril de 2009

Creerse el personaje
Decir que José María Aznar está encantado de conocerse no es descubrir nada nuevo. Igualmente, creo que diciendo que se cree que todos somos tontos tampoco descubro nada.

El ex-presidente sigue con los pies encima de la mesa de centro de Bush, fumándose un puro y creyendo que está por encima del bien y del mal, asumiendo su papel de salvapatrias sin reservas y dándonos lecciones a todos de lo bueno que es que él ponga los pies encima de la mesa. El que para ello se tuviera que convertir en el felpudo de George W. da idea de cuál es la opinión que tiene el ex-presidente acerca del fin y los medios, como el cortar el Paseo de la Castellana un día de diario para que pasen los coches oficiales de una "conferencia de donantes" organizada por Aznar a mayor gloria del emperador, da idea de que no sólo era el felpudo, sino que además hacía ostentación.

Ahora nos sorprende, o en realidad no, con unas declaraciones en las que asegura que sabe cómo acabar con la crisis. Una crisis en la que nos ha metido el sistema ultraliberal que él mismo propugna, y que se basa en la explotación más miserable de la gente, que es aquello que Aznar ve cuando mira hacia abajo y ve lo que está pisando. Un sistema (el propugnado por Aznar a grandes voces) que se basaba en el autocontrol del mercado, que es como aquello de dejar a la zorra al cuidado de las gallinas, pero con nombres tan rimbombantes como vacuos y equívocos.

Este señor es el que dice que sabe cómo sacarnos de la crisis. ¿Y cómo quiere hacerlo?, pues como todos los que se creen que están por encima del populacho, aplastando las conquistas sociales, porque al fin y al cabo somos eso, populacho. Un populacho que, por cierto, corrió a los suyos a gorrazos en las elecciones de 2004, cuando todo el PP clamaba por la autoría de ETA en los atentados del 11-M, los embajadores tenían orden de hacer llegar a los países en los que nos representaban que era un atentado de ETA (Consejo de Seguridad de la ONU incluido) y los directores de periódicos recibían las pertinentes instrucciones. Sin embargo, él tuvo la prudencia de no nombrarlos en su discurso institucional. ¿Por qué no los nombró?, ¿no quería que le acusaran de mentir? Para comerse la mierda ya estaban otros.

El señor Aznar, a imagen y semejanza de Johnny Weissmuller, que terminó sus años gritando como Tarzán, se ha creído su propio personaje. Se ha creído que la mesa de centro de Bush era una metáfora del mundo y que sus pies estaban por encima de él. Se ha creído su figura mesiánica y que está por encima del bien y del mal, pero sobre todo del mal. No hace falta más que recodar aquellas declaraciones en las que decía que no recordaba que los musulmanes le hubieran pedido perdón por invadir la península en el siglo VIII. Sobra lo demás. Por mi parte, me han dicho que en Georgetown se vive muy bien, y yo no iba a echarlo de menos.

PD.- En esta entrada tampoco pongo foto, pensando en los posibles visitantes.
Suscribo a l ciento por ciento

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